El abuelo a la sombra de su árbol
preferido mirando el horizonte se emocionaba. Daba las gracias por lo
que ha vivido. Sus ojos no solo veían cosas sino también historias
que estaban detrás de cada cosa. Por eso a veces tanta emoción en
su voz y las historias que repetía una y otra vez. Los nietos lo
acusaban de falta de memoria, él memoria si tenía pero tenía la
impresión de que eran sus nietos que carecían de ella, porque para
saber algo siempre miraban pantallas de sus aparatos. Muchas personas
que él recordaba ya no se veían por aquí aunque las cosas que han
hecho seguían firmes de pie sirviendo a las siguientes generaciones.
Él quería que no se olviden las personas que están detrás de
ellas, para que la gente valore más todo su trabajo, su sacrificio y
generosidad. Porque lo que hacemos muchas veces en sus efectos en sus
consecuencias supera el alcance de nuestras propias vidas. Si lo
hacemos bien, nos beneficia si lo hacemos mal nos perjudica. Valora
más las cosas y a través de ellas a las personas que las han hecho
porque haciéndolas han gastado su vida.
Feliz jueves de agradecimiento.
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