Ha despertado convencida de que le
espera un día complicado y que la culpa es de los demás. Su vida no
tenía nada extraordinario para ponerse triste y llorar. Simplemente
ha seguido una tradición familiar de repetir hasta desgaste el rol
de víctima. Lo hacía su madre, lo hacían sus hermanos. Han
desarrollado hasta la perfección la técnica de señalamiento con el
dedo a los culpables. Incluso cuando para el resto de sus amistades
fue imposible encontrar alguna relación con un hecho concreto y
otras personas, ella bien entrenada en el asunto encontraba
relaciones ocultas y malintencionadas cuyo único y exclusivo
objetivo era hacerle daño, ponerla mal frente a los demás.
Queriendo estar en la sombre escondida detrás de sus justificaciones
se volvía centro del universo imaginándose las supuestas
conspiraciones contra ella. Es cierto que las personas nos pueden
lastimar y mucho. Existen casos enfermizos de personas que encuentran
placer en hacer daño a los demás, pero son casos muy contados en la
mayoría de los casos el problema está en nuestra manera de percibir
a la realidad y a las personas que nos rodean. Vemos en ellas el
peligro que no existe e interpretamos sus actitudes y palabras en una
forma totalmente errónea. Si un día sea complicado o no, depende de
ti de tu manera de encararlo y no de los demás. Hazlo con calma.
Feliz domingo sin sospechas y con
responsabilidades.
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