Sus preguntas a veces eran tan
inoportunas hasta hirientes y muy repetitivas. En muchas ocasiones
tenía la tentación de contestar mal, pero se mordía la lengua
acordándose de aquella frase que decía que “no hay malas
preguntas, pero si malas respuestas”. Las malas respuestas en vez
de responder a las preguntas en una manera adecuada, causan otras
preguntas. Si se multiplican demasiadas preguntas eso puede ser una
señal que las respuestas no llegaron a satisfacer a las personas
que preguntaban. Las preguntas pueden ser provocadas por las ganas o
necesidad de saber de conocer algo, intento de despejar las dudas y
conocer las motivaciones entre muchos más motivos. Las preguntas que
parecen inoportunas o hirientes aparecen para provocar las
respuestas, las reacciones, no tanto para recibir la información.
Trata de responder a las preguntas que escuchas, tus respuestas están
reflejando una visión una imagen del mundo y de tu persona, de ti
depende como será.
Feliz jueves de preguntas y respuestas.
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