Cuando estaba con ella todo el tiempo sentía una
sensación de tensión que recorría su cuerpo. Es que tenía la impresión que en
cada palabra, en cada gesto, había mucha maldad. La otra ni trataba de
disimular, ni suavizar sus palabras y actitudes. Eso sentía, eso decía y hacía,
destruyendo, lastimando. Tenía suerte que dentro de este malestar su amiga no
dejaba de ver una persona detrás de todas las palabras y agresiones. Una amiga
que trataba de entender que pasó en la vida de ella para que se volviera así;
tan ácida, agresiva, hiriente, reaccionaria. Nadie nace agresivo, con ganas de
herir a los demás. Nacemos con necesidad de amor atención. Luego pueden ocurrir
cosas que opacan nuestra bondad inicial, la hacen casi inactiva, casi
invisible. No juzgues la persona ignorando lo que ha pasado en su vida que la
ha hecho así como es ahora. Lo que parece inexistente muchas veces solo es
invisible.
Feliz viernes de ver a la persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario