Los mejores días los tenía bien
repartidos, para que no se acostumbre demasiado a ellos. Si todo es
igual, no existen cambios ni sorpresas, llega la rutina el
aburrimiento, eso hace que la vida se vuelve monótona e insípida.
Las cosas, para poder apreciarlas mejor, siempre necesitan un
contraste como el fondo. La música necesita del silencio, el dulce
del amargo, el blanco del negro, la luz de la oscuridad, el calor del
frío, la compañía de soledad y el amor de la indiferencia. No te
quejes cuando algo sale mal, porque será el fondo de lo que saldrá
bien. No te fijes en un solo punto, en una sola dimensión, trata de
ver más, el posible cuadro completo o si no lo puedes ver por lo
menos se consciente de que existe más de lo que ahora eres capaz de
ver, reconocer y aceptar. Mira bien y verás, como hay cosas
repartidas en tu vida.
Feliz martes del contraste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario