No esperaba mucho, solo un poco de
claridad. Se cansó de tanta ambigüedad que estaba suspendida en el
aire. No le interesaban ni juegos ni adivinanzas. Una inflada
sofisticación la cansaba de sobremanera. En el mundo lleno de
medias verdades querría tener algo claro y seguro. Sentía que la
vida para ser atractiva no necesita ser más complicada. Ya hay
suficientes desafíos para enfrentarlos y vivir bien. La sabiduría
no se demuestra en los constantes esfuerzos de deshacer entuertos,
sino en el buen aprovechamiento de lo mucho o lo poco que tenemos
para construir la felicidad nuestra y de nuestros semejantes. Sería
bueno hacer todo lo que está en nuestras manos para facilitar el
buen entendimiento para construir la felicidad y no para
dificultarla. Creía que la claridad podría ayudar a repartir las
responsabilidades, y no dejar todo cubierto por la nube de confusión.
Feliz jueves de claridad.
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