Ya han vivido mucho tiempo juntos y les
gustaba encontrarse en la mesa no solo para comer sino también para
conversar, para compartir las cosas que están viviendo, cosas que
les han casado en su vida trabajo etc. momentos importantes tanto
para él como para ella. Les gustaba hablar y no callar, pero muchas
veces ella se levantaba de la mesa frustrada y hasta molesta con él.
El motivo casi siempre fue el mismo. Él no sabía escuchar sin
interrumpir y dar consejos y soluciones para los problemas que ella
le contaba. No lo hacía por maldad sino por la naturaleza de los
varones que se sienten responsables de solucionar todos los problemas
de su familia. Ese es el rol social que les dio la historia así
funciona su celebro práctico. Ella simplemente quería compartir lo
que estaba viviendo y sintiendo desde principio sabiendo lo que
debería hacer. No necesitaba que él se lo diga. Solo necesitaba que
escuche, que sepa respetar su forma su manera de hacer las cosas
solucionar los problemas y que le de consejos pero si ella se lo
pida. En conversaciones así, tratemos de escuchar sin cortar, hasta
que salgan todas las palabras aprisionadas y hablar cuando nos
pregunten.
Feliz sábado de conversaciones con
escucha.
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