sábado, 21 de octubre de 2017

Unidad e identidad

A veces se sentaba frente al espejo intentando encontrarse consigo misma. Se preguntaba quién es esa a la que estaba mirando. Le parecía conocida y a veces irreconocible, y no por el peinado maquillaje o una que otra arruga que de repente aparecía en su rostro sino por los papeles y papelones que le han tocado en la vida. Los que estaban cerca siempre tenían una lista de exigencias inmediatas. Quería que fuese una olvidando que también es otra. Querían ver a la cocinera, limpiadora, lavandera, esposa, madre, profesional, amiga, vecina y compañera. Era todo eso y mucho más que eso, no lo negaba, ni se quejaba. El problema era que cada uno quería algún aspecto de ella de sus papeles de su trabajo en exclusividad. ¿Dónde quedaba ella con sus sueños y sus miedos, con sus dudas y sus cansancios? Trabajaba con gusto, pero no era una máquina. Eso se vuelve un problema frecuente. Entre lo que queremos ser y lo que somos para otras personas aparece una distancia la que nos hace sentir fragmentados o incluso rotos. Trata de no perder la unidad y la identidad entre tantas cosas que te exigen y a su vez no exijas funciones exclusivas de a olvidando, que hay una persona viva por detrás con su cansancio y sus sentimientos.

Feliz sábado de unidad e identidad.

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