domingo, 22 de octubre de 2017

Espiritanos 50 años en Paraguay

La única distancia que no se supera es la de olvido. Ese no era su caso. Estaba a la distancia de muchos suspiros suspendidos en el aire. Suspiros que evocaban palabras y éstas a los recuerdos que han nacido en el mar del tiempo. Palabras que iban, palabras que venían, y en medio de ellas los sentimientos, a veces de sorpresa, alegría, desesperación, impotencia, confusión. Siempre yendo hacia adelante, con pasos pequeños y mil y un tropiezos, que nos hacen más atentos, más cuidadosos y más humildes, cuando aprendemos la lección, o más soberbios y chocantes cuando desaprovechamos la oportunidad de un buen aprendizaje. En el camino recibiendo siempre más de lo que podemos dar. A veces uno se pregunta cómo cargar tanto equipaje. El Paraguay y sus habitantes tienen un corazón que no les cabe en el país, por eso los que llegamos un día y nos fuimos, llevamos un buen pedazo. Algo que vive en nosotros y bombea los sentimientos de amor, cariño, gratitud. Un buen aprendizaje de lo que realmente vale la pena. En medio de tantas adversidades manteniendo la esperanza. Gracias por soportar mis errores, permitirme a aprender a ser humano y a conocer su corazón.

Feliz domingo de los 50 años de la presencia de los espiritanos en Paraguay.

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