Todos decían que era una buena persona.
No se equivocaban diciendo eso. Conociéndolo mejor uno podía
admirar su compromiso, con los semejantes. Siempre cuando podía
trataba de ayudar. A la primera vista todo parecía perfecto
correcto, pero había un pequeño problema que a veces causaba
tensiones y a otros desanimaba para comprometerse con él, algo que
le restaba aliados a su causa. Es que para él solo valía lo que se
hacía a su manera, para cada persona, cada situación. Lo que venía
de otros no valía, lo que estaba hecho de otra manera que la que él
ha pensado no podría ser bueno. Se equivocaba y mucho, pero no era
capaz de reconocerlo. Terminaba acusando a todos que no se quieren
comprometer trabajando con él. Encontramos personas así en el
camino de nuestra vida. Tenemos que tener mucha paciencia con ellas,
saber que su carácter su forma de ver les está jugando una mala
pasada pero que en el fondo no son malas personas. Hasta donde
podemos tratemos de colaborar cuidando siempre nuestra libertad de
criterios y nuestra independencia.
Feliz viernes de ver lo bueno en otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario