martes, 26 de junio de 2018

Escuchar con paciencia

No le alcanzaban las palabras para expresar lo que sentía. Cuando era pequeña las trataba de gritar a todo pulmón. Le decían que se callara, que no hable más lo que le ha pasado, y como no hablaba le volvía a pasar una y otra vez. Había momentos en los que dolía más no poder decir nada y el silencio cómplice de los que sabían y callaban, que el mismo hecho tantas veces repetido. No servía bañarse frotando la piel hasta enrojecer en todos aquellos lugares que pasaron sus manos asquerosas. No se arrancaban los gritos clavados en la piel que crecían y resonaban por dentro. No quería sentir lo que sentía. No quería que nadie supiera y al mismo tiempo se lo quería contar a todos, para que no pese tanto, que no se haga nudo en la garganta. Lo que años se estaba callando, años se tarda en poder pronunciar y soltar de todo para que no quede ahí escondido goteando a dolor e impotencia. Nunca calles a los pequeños que quieren gritar su dolor. Trata de descubrir lo que se esconde detrás de sus palabras y silencios. Que tu miedo vergüenza o impaciencia no te hagan cómplice de una tragedia repetida.

Feliz martes de escuchar con paciencia.

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