Hubo bosques en sus sueños en los que
la esperanza colgaba de los árboles a la altura de sus ojos y todos
podían tener acceso a ella si les daba tiempo a mirar. Tantas coas
en la vida no se ve porque no se mira lo suficiente no se presta la
atención a lo que pasa frente a nuestros ojos. En los bosques que
soñaba se respiraba la paz, había tanto espacio y tanta vida
alrededor que se podía a respirar la a todo pulmón llenando el
pecho de la vida que lo rodeaba. Cada vez que respiramos bien con
calma y profundamente llega más paz a nuestras vidas y nos poblamos
de vida expulsando las toxinas de la prisa y de las tensiones que
aprietan a nuestra garganta y nuestro pecho. A veces en la vida para
cambiar mucho se necesita muy poco, algunas veces solo mirar más y
respirar mejor. Cambia mucha aunque parece poca cosa. Prueba un día.
Feliz jueves de mirar y respirar.

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