Algunas veces le sonaban aquellas
palabras de “ser la luz del mundo”. No sabía bien como se
podrían aplicar a ella. Lo primero que le venía a la cabeza era que
la luz nunca se enciende para ella misma sino que se enciende para
iluminar a otros. Otra cosa que veía que la luz siempre se pone por
delante y no por atrás porque lo que debe iluminar se el camino de
la vida que tenemos por delante, cuando la tendencia nuestra es mirar
atrás pensando en los tiempo pasados como los mejores y mirando con
cierta sospecha y mucha incertidumbre lo que tenemos por delante. Es
ahí delante de nosotros en donde está el resto de nuestra vida por
vivir. Hay que iluminarlo bien para que se pueda disfrutar y apreciar
plenamente sin caer en las sombras de tristeza y desesperación.
Feliz martes de luz.

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