domingo, 3 de junio de 2018

La tempestad

Eran muchas las tempestades por los que pasó. La experiencia le mostraba que por muy fuerte impetuosa que fuese siempre al final amainaba. Así que lo más sabio y prudente era quedarse en un lugar seguro esperando un poco. Ninguno de los fenómenos atmosféricos era eterno, interminable. Sabiendo eso solo era necesario mezclar un poco de precaución con paciencia, no dejase llevar por el pánico o la desesperación. Los problemas las dificultades muchas veces se parecen a las tormentas inquietan y asustan. Hay que tomar las precauciones necesarias y ver con paciencia el momento adecuado para actuar. Ver si existe la posibilidad que amainen las cosas a corto plazo o hay que armarse de paciencia. Eso no significa dejar los problemas sin solucionar, porque eso solo podría provocar que se agraven sino no actuar precipitadamente sin prudencia y protección necesarias. Así que conozca bien la fuerza de la tempestad y calcula las probabilidades de su fuerza y duración. Luego actúa con calma.

Feliz domingo de prudencia y paciencia.

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