Se cumple un año de aquellos últimos
pasos las últimas pisadas sobre el suelo paraguayo. Sabía que lo
voy a extrañar. La experiencia de la Huasteca servía como un aviso.
Trataba de absorber todo lo posible, así como los últimos sorbos de
mate en el aeropuerto de Silvio Pettirossi. Los ojos bien abiertos
para escuchar los sonidos de la ciudad y de la gente con su jopara.
La ciudad lloraba con su lluvia de otoño, a ella le caían las
lágrimas que yo trataba de aguantar para no deshacerme en el camino
y llegar a España. Miraba las dos maletas preocupado por su peso y
pensaba cuantas cosas dejo, cuantas cosas llevo. Nunca he dejado de
hacer cuentas. Más quiero recordar sin pretensiones que me recuerden
y si me recuerdan que sea por algo bueno y no por tantos errores
cometidos, cosas no aprendidas proyectos no realizados y expectativas
no satisfechas. Tampoco quiero que me recuerden por mis problemas de
salud pero si por la invitación ala generosidad de donación. Dejar
un recuerdo en un mbeju delicioso una vista hermosa una música que
toca el corazón. Soy pretensioso pero me doy permiso extrañando
tanto.
Feliz miércoles de aniversario de
extrañar a la distancia.

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