Andrés
se sentía en cuerda floja, siempre buscando equilibrio, siempre a
punto de caer. El sabiamente balanceaba todo encontrando este efímero
estado de equilibrio, huérfano de la rigidez. Todos alrededor se
empeñaban en ayudar a Andrés, diciéndole como debería de ser,
poniéndole más pesos. No le preguntaban ni lo que quiere, ni o que
siente. Su mayor desafío era esquivar estos pesos y tensiones
innecesarias, distinguirlas de sabios consejos, e ir por su camino.
Ser flexible pero no sin forma propia.
Feliz
Domingo de Buen Equilibrio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario