Elena
estaba sentada en medio de los escombros de su vida. Todo lo que ha
soñado, lo que ha construido, lo que parecía que iba a funcionar,
se ha derrumbado. Su vida entera yacía inmóvil bajo sus pies.
Lloraba para aliviar sus penas. Y como todas sus lagrimas no tuvieron
tiempo para salir, se le quedaban en los ojos nublando la vista.
Suspiraba, cada suspiro fue más profundo que el anterior. Ni sabe
como con los suspiros llego algo de calma. Mirando los escombros,
recordaba las cosas, las historias que la llevaron hasta aquí.
Gracias a ellas, ella hoy día es así. Mirando con más atención
vio, que se derrumbaron partes débiles. Que había base que no se ha
movido. Estaba ahí intacta, preparada para una nueva más cuidadosa
y atenta construcción. A un lado estaban los escombros de amor, de
aquella relación que iba ser y no fue. Eso no quiere decir que el
amor se fue, solo se desintegro una de sus formas, en una de sus
ubicaciones. Entre tantas lagrimas después de ultimo suspiro,
apareció la sonrisa golondrina, que anunciaba la primavera de su
nueva vida, construida con más atención. Apoyada en sus
experiencias que nunca fueron de balde.
Feliz
Lunes de Construcciones
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