Claudelina era muy activa, siempre
ha tenido muchos amigos múltiples actividades. Su agenda muy
apretada apenas le daba tiempo para respirar un poco. Cuando por fin
llegaba este anhelado momento de descanso, llegaba a cuestionarse
quién era para cada uno de sus amigos. Podía ver claramente que
tenía que cumplir con ellos diferentes roles. Entre muchos le tocaba
ser. Confidente, compañera, enfermera, consejera, psicóloga,
adivina. Esperaban de ella apoyo, consuelo, consejo, solución,
orientación compañía respeto, confidencialidad… intentaba de ser
todo eso y dar a cada uno, a cada una lo que esperaban de ella.
Llegaba la noche, llegaba el cansancio y llegaban las preguntas,
dudas y confusiones. Teniendo tantos papeles para con los demás,
pero ¿quién era para ella misma? Tenía la sensación de perderse
entre tantas cosas. No quería ser actriz que actúa, que se encarna
en los diferentes personajes. Quería ser ella misma siempre
reconocible, siempre integra y coherente con los demás y sobre todo
consigo misma. Solo así podía dar a los demás algo verdadero, algo
valioso y no baratijas e imitaciones.
Feliz sábado de verdadero yo.

No hay comentarios:
Publicar un comentario