Se quejaba mucho porque no se
cumplían sus sueños. Tantas cosas que quería, que deseaba, se
quedaban a medias. ¿Quién podría tener la culpa? ¿Cuál podría
ser la causa? Nadie quería asumir su responsabilidad, la paternidad
o maternidad de estos fracasos. Mirando bien y sin afán de buscar
culpables, sino más bien entender la situación. Se pudo ver que
huno una extraña cadena, una conexión entre son sueños no
cumplidos y las palabras no cumplidas. Uno llevaba a lo otro. Cuando
no se cumplían palabras dadas, cuando las echaba al aire sin asumir
responsabilidad por ellas, quedaban si efecto o causaban menos de lo
esperado. En todo lo que vivimos y queremos vivir, en todo lo que
construimos, soñamos, proyectamos, las palabras son fundamentales.
Sin ellas poco probable es llegar al éxito. Son el material básico
en la fase inicial. Si no cumples, ni empleas bien tus palabras, no
realizarás tus sueños.
Feliz miércoles de palabras y
sueños cumplidos,.

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