sábado, 9 de septiembre de 2017

El diálogo y la denuncia

A su alrededor vivía la gente que siempre buscaba soluciones rápidas y caminos cortos. Él les cuestionaba y también se cuestionaba a sí mismo acerca de la eficacia de este tipo de actuaciones y actitudes. Sabía que mucho más fácil eran unas cuantas palabras de denuncia que un a veces pesado, largo y agotador diálogo. Resultado de ambos era muy diferente. La denuncia terminaba en enfrentamiento de dos partes frente a un aparato de justicia normalmente lento que al final decidía quien gana y quien pierde. El diálogo permitía a buscar una solución en la que se toma en cuenta las dos partes y nadie sale perdiendo, más bien los dos buscan una solución en la que al final se van a apoyar colaborando en el implementación de lo decidido. Trata de no cerrar nunca las posibilidades de diálogo. La denuncia que quede reservada a casos graves cuando todas las posibilidades de diálogo se han agotado. Incluso denunciando no cierres ninguna puerta de diálogo o de reconciliación.

Feliz sábado de diálogo.

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