No era ningún novato, tenía bastante experiencia. A
cada paso presumía de ella, a través de ella explicaba e interpretaba muchas
cosas que veía a su alrededor. Nadie ponía en duda el valor de su experiencia,
pero algunos que estaban cerca de él decía que su mucha experiencia a veces se
convertía en un peso que le imposibilitaba lanzarse a algo nuevo. Su
experiencia era como un freno, en el nombre de mal entendida seguridad
calculaba mucho si vale esfuerzo, tiempo, lanzarse a una nueva aventura. En la
vida a veces más que a la experiencia hay que apostar por la confianza, el
convencimiento, el entusiasmo. La experiencia puede ser positiva, pero también
muy negativa y puede condicionar mucho. Déjate llevar por la confianza, escucha
la voz de la experiencia pero cuestiónala y antes que quedar satisfecho con la
experiencia ajena haz todo lo posible en adquirir tu propia. Te hará más sabio
y al mismo tiempo más humilde.
Feliz jueves de experiencia y confianza.

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