martes, 19 de septiembre de 2017

Sentir la vida

Todas sus constantes vitales estaban en el nivel exacto, parecía mejor imposible. Un ejemplo de salud y vida. Puede ser que desde punto de vista médico si, pero él sentía otra cosa. No se quejaba acerca de su salud. No le dolía nada, pero sentía que hace tiempo algo pasaba con su vida, como si de a poco se hubiera ido. Un constante repetir sus rutinas diarias, según él poco tenían que ver con lo que se imaginaba como vida. Hace tiempo que no ha sentido un cosquilleo, un escalofrío que recorra su espalda viviendo algo especial. El problema no estaba en la vida que llevaba sino en la pasividad que lo ha invadido hace bastante tiempo que hacía que su vida le parecía tan aburrida tan desabrida. Él esperaba que la emoción le espere en la puerta, que le sirvan a la mesa la felicidad, que desde su sofá pueda sentir la aventura. La vida es actividad, no pasividad. No se trata de deportes de alto riesgo, ni de hiperactividad, sino de salir al encuentro de la vida del mundo y de la gente. Si te cierras en tu capullo no te sorprendas que la vida no la sientes aunque este desarrollándose frente a tus ojos. 

Feliz martes de sentir la vida afuera.

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