domingo, 17 de septiembre de 2017

Saber qué se espera...

Mirando desde fuera uno tenía la impresión de que la vida de ellos era una constante espera. El uno esperaba al otro y al mismo tiempo el uno esperaba del otro. Aunque lo primero era bastante claro y muy común lo otro se volvía confuso y complicado. Es normal que la gente que se quiere se espere. Las obligaciones el trabajo los separa por largas horas convertidas en horas de espera. Anhelando siempre el momento de encuentro, de la cercanía. La dificultad surge cuando esperamos del otro algo indefinido, algo que supuestamente nos hace falta, sin tener la claridad de lo que es. En este caso la espera puede llevar a la frustración, a una escalada de tensión y diferentes tipos de reproches, sin saber qué es lo que esperamos y como queremos recibirlo, vagamos en el mar de suposiciones. Es como estar en un barco que simplemente está flotando sin rumbo y en el que los marineros se quejan que no llegan a ningún puerto. Trata de definir lo que esperas de la otra parte y comunícalo, asegúrate que sea posible de alcanzar y así evitaras muchas tensiones y frustraciones. 

Feliz domingo de esperas definidas.

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