Llegaron a pensar que tenía serios
problemas de audición. Incluso le han mandado hacer un estudio para
detectar a tiempo el problema. El estudio arrojo un resultado
sorprendente para ellos tenía una audición excelente. Oía
perfectamente desde los bajos hasta los agudos. La conclusión a la
que llegaron es que no era problema de audición sino de atención.
Los problemas de audición se puede corregir con un aparato, los de
atención son mucho más difíciles de corregir y por lo que tal vez
deberían de empezar es precisamente por no añadir sino más bien
quitarle más que un aparato que tanto lo estaba absorbiendo,
distrayendo, despistando. En la vida tenemos demasiados distractores
que ocupan el espacio entre nosotros y las personas que están con
nosotros y nos impiden la comunicación el entendimiento. Tratemos de
poner más atención para que nuestras palabras no choquen con el
muro de falta de atención. El proverbial diálogo de los sordos está
muy lejos de la realidad, porque las personas sordas son las que más
atención ponen para poder comunicarse bien. Lo nuestro en la mayoría
de las veces es el diálogo de los desatentos. Pon más atención y
evitarás problemas.
Feliz sábado de atención en la
escucha.

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