Tantas veces lo ha intentado pero
nunca lo ha conseguido, controlar estos suspiros que se le escapaban
cortando el aire y el silencio como una flecha dirigida en alguna
dirección a un blanco invisible a los ojos de terceros. Solo ella
sabía a donde van los suspiros desobedientes. Muchos de ellos con
el hilo de cariño llevaban atados los nombres de sus seres queridos
esparcidos por el mundo a distancia que impedía el abrazo. Otros
suspiros iban dirigidos a los lugares en los que un día han pisado
sus pies pero la huellas las han dejado en el suelo sino en el alma.
Y otros más iban vagando por lugares en la búsqueda de aquellos
momentos que hacen vibrar su corazón que ahora parece adormecido.
Nuestros suspiros siempre van en la búsqueda de las personas lugares
y situaciones intentando conectarnos con la gente que queremos y los
momentos que vivimos. Existen los otros que quieren suavizar la
llegada de lo que llega y aliviar el peso de lo que preocupa. No
tengas miedo de los suspiros que se te escapan, pero no dejes de
preguntarte a dónde o a quién van dirigidos. Así podrás conocer
mejor el origen de tus tristezas y angustias.
Feliz martes de suspiros.

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