Si algo sabía acumular en su vida era los
problemas. Los tenía de todos los tamaños, y de todas clases, podría
repartirlos a muchos, pero no, los tuvo que cargar sola. Los que aparecían en
su vida parecía que en vez de ayudarla, le causaban más problemas, por eso
tantas veces se quedaba sola. Se miraba y miraba los problemas que intentaban a
espantarla pero no lo conseguían. Ella no trataba de proclamar la guerra a
todos ellos, más bien trataba de acercarse a uno de ellos, uno a la vez. Lo
miraba con cariño si tratar de descargar toda su furia contra él, querría saber
de dónde ha salido. Cuál es su origen y causa. Muchos de los problemas
resultaban de ser más familiares de lo que pensaba. No eran resultado de un
destino que se ha ensayado con ella, ni efecto de algún misterioso hechizo,
sino una simple consecuencia de sus descuidos, decisiones tomadas en apuros sin
suficiente reflexión ni discernimiento. Ha desoído los consejos y advertencias,
y no ha mirado bien para examinar las posibles consecuencias. No huyas, no
llores tanto, no eches la culpa a tu destino, mira bien los problemas y conócelos.
Descubre cómo llegaron a tu vida y ten más cuidado para no permitir que se
repita la historia. Luego soluciona lo que puedas.
Feliz miércoles de conocer los problemas.

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