La vida no la ha mimado demasiado.
Sus golpes han dejado muchas marcas en su persona y en su forma de
percibir el mundo y a la gente. La constante actitud de defensa
frente a todo y a todos la tenía casi siempre tensa encogida en
alerta. El amor tampoco le ha sonreído hasta ahora. El llegó como
príncipe se fue como cascarrabias. Ha viajado, algunas veces muy
lejos, buscando su lugar. Un mejor lugar. Los viajes resultaron ser
una buena escuela que le ayudó mirar bien el mundo y ver que el
mejor lugar está en su corazón, eso quiere decir que está en todas
partes a las que se puede dirigir. Solo tiene que mirar bien para
dentro y para fuera buscando las conexiones. Entre muchas agitaciones
le ha tocado presenciar una hermosa nevada. Una nevada trae la paz en
medio de la noche oscura la llena de luz. La paz que calma cuerpo y
alma y permite que por un momento los problemas se deslicen como
nosotros por la nieve y que la prisa se congele dejando lugar a la
quietud que como el frio pica las mejillas.
Feliz miércoles de paz.

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